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viernes, 7 de agosto de 2015

Danza Carlotta Grisi Italia


Biografía:

Nace el 28 de junio de 1819, en Vižinada, Istria, Italia, su familia siempre estuvo involucrada en la ópera, y a pesar de tener una gran voz escogió el ballet. A los siete años fue inscrita en la famosa Academia de la Scala en Milán, pero hasta los diez años no fue que recibió los papeles para actuar en escena. En 1833, a la edad de 14 años, se fue de gira. Mientras estaba de gira en Nápoles conoció a Jules Perrot que se convirtió en su maestro. Ella se convirtió en amante de Perrot, y se dijo que se casó con él. A través de sus contactos que trabajaban en Londres, Viena, Munich y Milán, y, cantó y bailó en "Le Zingaro" en el Teatro de la Renaissance en 1840. En 1841 fue contratada por el Théâtre de l'Académie Royale de Musique, hizo su debut en la Ópera de París. Poco después de su llegada, creó el papel del título de "Giselle", un ballet en dos actos por Vernoy de Saint-Georges, Théophile Gautier y Jean Coralli, con coreografía de Jean Coralli y Jules Perrot. La parte de Albrecht fue bailado por Lucien Petipa. Debido a las intrigas entre bastidores a Perrot no se le dio crédito por su trabajo en el ballet, por lo que dejó a Grisi para llevar a cabo su trabajo en solitario. Ella demostró que podía hacerlo por su cuenta y siguió a la estrella en muchos ballets exitosos. Ella se convirtió en uno de los favoritos en el Teatro de Su Majestad en Londres, donde su relación de trabajo con Jules Perrot fue tan buena como siempre. En 1845, ella apareció con Marie Taglioni, Fanny Cerrito y Lucile Grahn en Perrot "Pas de Quatre". En 1850, se unió a Perrot en San Petersburgo, La Giselle por primera vez en Rusia había sido bailado por Fanny Elssler, y por lo tanto la reacción inicial a la interpretación de Grisi sobre el papel no fue entusiasta. Pero sin embargo su talento fue apreciado por los rusos tiempo después. Ella fue primera bailarina del Teatro Imperial de San Petersburgo en San Petersburgo desde 1850 hasta 1853, donde además de trabajar con Perrot también trabajó. Joseph Mazilier que llevaron a cabo su La Jolie Fille de Gand y Vert Vert especialmente para ella. Su última actuación en el Oeste fue en "Metamorfosis de Les," en 1854 dejó Rusia con su primera hija y viajó a Varsovia con la intención de seguir su carrera en este país, pero quedó embarazada del príncipe Radziwill Léon que la convenció de retirarse del ballet a la altura de su fama. Al nacer su segunda hija Léontine Grisi, y contando con 34 años se instaló en Saint-Jean, Ginebra, a pasar en la villa de Grisi sus últimos años. Ella se mantuvo en contacto con su amado Gautier y algunos buenos amigos. Grisi murió el 20 de mayo de 1899, un mes antes de su octogésimo cumpleaños, sin duelo, como muchos otros, por los miles de personas que una vez que la adoraba. En París, Francia, nunca otra ballerina será tan recordada por su manera de interpretar el personaje de Giselle en el arte del ballet. Uno de los creadores de la Giselle, Théophile Gautier describe su baile como tener una ingenuidad infantil, una alegría feliz e infecciosa. 

sábado, 1 de agosto de 2015

Danza Victor Ullate España


Biografía:

Víctor Ullate (Zaragoza, 1947), considerado por Maurice Béjart como uno de los bailarines más completos de este siglo, ha sido el bailarín español con mayor proyección internacional de todos los tiempos. Su extraordinaria técnica clásica, inculcada por María de Ávila, y su gran amor a la danza, le dotaron de una vocación y una voluntad excepcionales que le hicieron destacar muy pronto como solista. Inició su carrera profesional en el Ballet Siglo XX, bajo la dirección de Maurice Béjart, en el que permaneció durante catorce años. Cabe destacar entre sus roles principales el interpretado en Gaîté Parisienne, creada para él por Béjart sobre su propia biografía, donde da vida al propio Béjart. En 1979 el gobierno español le encomienda la formación de una compañía de ballet clásico, la primera del país, que dirige durante cuatro años. Posteriormente, en 1983, crea la escuela que lleva su nombre “Centro de Danza Víctor Ullate” volcándose en la docencia y la pedagogía, transmitiendo a sus alumnos esa perfección y disciplina que le caracterizan como profesional. Cinco años más tarde, fruto de un intenso trabajo, pone en marcha el Víctor Ullate Ballet, primera compañía privada de danza de España concertada con el Ministerio de Cultura y que desde entonces ha estado trabajando de forma ininterrumpida. En septiembre de 2000, Víctor Ullate pone en marcha un ambicioso proyecto, la Fundación para la Danza Víctor Ullate, que tiene como finalidad la promoción del ballet clásico en todas sus facetas, así como la formación técnica y humana de bailarines sin recursos económicos. En 1989 Víctor Ullate obtiene el Premio Nacional de Danza y en 1996 le es concedida la Medalla de Oro de las Bellas Artes. En 2003 recibe el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid en la modalidad de Danza, el Premio Autor-Autor en 2007, el Premio MAX de Honor en el año 2008 y el Premio MAX por Wonderland, como mejor espectáculo de danza en 2011. En 2013 le otorgan la Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo de la Comunidad de Madrid y es nombrado Miembro de Honor del Claustro Universitario de las Artes y Profesor Honorífico de la Universidad de Alcalá. También ha recibido otros galardones como la Medalla del Festival de Granada en 1998. 

Danza Alicia Markova Gran Bretaña


Biografía:

Alicia Markova. Fue una prima ballerina británica y una de las verdaderas leyendas del ballet Nació Lilian Alice Marks de parientes acaudalados de Finsbury Park distrito de Londres. Su padre, Alfred, era judío, y su madre, Eileen, era cristiana. A los ocho años de edad, Marks recibió clases de ballet para corregir supuestos problemas con sus brazos y pies. Debutó a los 10 años de edad Pronto fue descubierta por el empresario ruso Serguéi Diáguilev, quien quería que bailase en sus ballets rusos. Marks se unió a la compañía de Diáguilev en Montecarlo a los 14 años, e hizo giras por toda Europa. Fue Diáguilev quien "rusificó" su nombre a Alicia Markova para to eludir el prejuicio entonces común de que sólo las rusas podían ser buenas ballerinas. Después de la muerte de Diáguilev en 1929, Markova regresó a Inglaterra donde ayudó a lanzar el The Ballet Club (posteriormente Ballet Rambert), el Vic Wells Ballet(que últimamente se convirtió en el Royal Ballet) y el Markova-Dolin Ballet (con Anton Dolin). En 1935 fundó, con A. Dolin, la Compañía Markova-Dolin y en 1950, también con A. Dolin, el Festival Ballet, del que fue primera bailarina hasta 1952. Dirigió el ballet y la escuela de danza del Metropolitan Opera House de Nueva York (1962-1963). Ha destacado como intérprete, delicada y sensible, del ballet romántico, en especial de Giselle. Markova apareció en ballets por todo el mundo, pero es sobre todo recordada por su Giselle, tanto como por La muerte del cisne y Las Sylphides. Durante la Segunda Guerra Mundial re-formó los Ballets Rusos en los Estados Unido y también apareció en películas deHollywood. El público adoraba a la pequeña ballerina inglesa, y fue llamada 'La Pávlova en miniatura', y 'The best dancer ever to live' (La mejor bailarina que jamás vivió). Se retiró de la danza activa en 1963. Después de habérsele designado Dame, se hizo maestra y viajó por el mundo dirigiendo compañías de ballet. De Alicia Markova los críticos destacan que alcanzó la perfección en sus roles de Odette en El lago de los cisnes y, particularmente enGiselle, una coreografía a la que imprimió su sello. Alicia Alonso, Prima Ballerina Assoluta y directora del Ballet Nacional de Cuba, dijo sobre la figura de Markova: Fue La primera gran bailarina del estilo romántico. Alicia Markova es la gran personalidad de la danza. Ella bailaba muy simple. Tenía una perfecta coordinación de los brazos y la cabeza. No hacia movimientos extra; todos sus movimientos estaban bien coordinados. Era una persona que tenía un sentido de fragilidad muy lindo cuando bailaba. Le daba a uno la sensación que era una mujer frágil, que no tenía peso, que flotaba verdaderamente. Era una sensación preciosa. Tiempo después de haber sufrido un accidente cerebrovascular, Dame Alicia murió el 2 de diciembre de 2004 en un hospital en Bath,Somerset, un día después de haber cumplido su cumpleaños 94. 

Danza Ángel Corella España

Biografía:

Ángel Corella. Bailarín y coreógrafo nace en Madrid, 1975 Fue en 1994 cuando el bailarín ingresó en el American Ballet Theater (ABT) y desde entonces ha interpretado los principales papeles de las obras más populares del repertorio clásico. No sabía entonces, un jovencísimo Ángel Corella de 19 años, que el público neoyorkino se convertiría desde el principio en un gran aliado. Desde su primera actuación en el Metropolitan Opera House de Nueva York con el ballet Giselle,portadas de revistas, público y crítica arropan sus interpretaciones con entusiasta respuesta. También ha recibido un premio Emmy por el ballet El lago de los cisnes y su emisión en la televisión americana PBS. Hasta el ABT llegó después de ganar la medalla de oro en el Grand Prix de la Villa de París. Entre los miembros del jurado, se encontraba la mítica bailarina rusa Natalia Makarova, que entusiasmada con la intervención de Corella, le puso en contacto con el director del ABT. El bailarín cautivó a Kevin McKenzie con su interpretación y poco después se convertía en solista de la prestigiosa compañía americana. Alternó sus interpretaciones en el ABT con las de estrella invitada en el Royal Ballet de Londres, el Ballet de la Scala de Milán y el Australian Ballet entre otras compañías. En 2008 fundó su propia compañía, Corella Ballet Castilla y León, posteriormente transformada en Barcelona Ballet, hasta 2014 en que fue disuelta. Premio Internacional “Benois de la Danse” 2000 y Premio Nacional de Danza en la modalidad de interpretación en 2002, el bailarín preside desde 2001 la Fundación Ángel Corella destinada a formar a jóvenes bailarines. Desde 2014 es director del Pennsylvania Ballet 

sábado, 11 de julio de 2015

Danza Sylvie Guillem Francia

Biografía:

Sylvie Guillem nació en Francia en 1965. En la infancia se formó como gimnasta, y a los once años ingresó en la escuela de la Ópera de París. Cinco años más tarde ya formaba parte del ballet de la Ópera de París, estrenándose como primera bailarina en 1984, con El lago de los cisnes. En esta ocasión, Rudolf Nureyev la nombra Etoile. Contaba tan solo con 19 años. Bailó hasta 1988 en la Ópera. Allí interpretó, entre otros, los protagónicos de: Romeo y Julieta, Raymonda, Sinfonía en C, Agon, Concerto Barocco, Apollon Musagette, Les chants de la terre, Don Quijote, GV10 (Armitage), Magnificat, Cenicienta, France danse (William Forsythe), In the middle somewhate elevated (Forsythe), Le Martyre de St Sébastien (Bob Wilson), Arépo (Béjart), Suite en blanc, Mouvements Rythmes Etudes (Maurice Béjart), Continuo, El lago de los cisnes, etc. Muchas de estas obras se crearon para ella. En 1988 firma un contrato de "Principal Guest Artist" con el Royal Ballet de Londres. Con esta compañía baila los protagónicos de: La Bayadère, El lago..., Cenicienta, Other dances, Apollon, Grand pas classique, Giselle, A month in the country, Manon, Romeo y Julieta (versión Mac Millan ), In the middle..., Don Quijote (version Barychnikov), La Luna, Prince of pagodas, La bella durmiente, Hermann Schmermann, Step text, Birthday offering, Raymonda. En el año 2000, con la misma compañía, baila Marguerite et Armand de Frederik Ashton, Le concert, de J. Robbins, y Le Jardin au Lilas de A. Tudor. También baila con el American Ballet Theater las obras Don Quijote, La Bayadera, Fall River Legend, Giselle, Romeo y Julieta y La bella durmiente. Fuera del Royal Ballet, es musa de las siguientes obras: Sissi impératrice (M Béjart ), Raíz cúbica (M Béjart), Wet Woman (Mat Ek) para la película South Bank Show, Smoke (Mat Ek) para la película Evidentia, Blue Yellow (J Burrows) para la misma película, Episodes (Béjart) y Ten blisters”(D. Kern). Amplía su repertorio con La consagración de la primavera (Béjart), La fontaine de Bakchisarai, Fall River Legend (A. de Milles), La Danse d'été (M. Wigman), Broken Fall y Tow (Russell Maliphant), Sylvie ha bailado en los escenarios de los más grandes teatros internacionales: Lisboa, Florencia, Hamburgo, Helsinki, Copenague, Viena, San Petersburgo, Sofía, París, Madrid, Mónaco, Tokio, Osaka, Nagoya, Milán, Atenas, Francfort, Roma, Lausana, Berlín, San Francisco, Nueva York, Shangai, Melbourne, Sydney, etc. Poco a poco se fue distanciando del ballet clásico, disciplina que confiesa no echar de menos por ser demasiado repetitiva y poco espontánea. En la actualidad se dedica a la danza contemporánea, con coreógrafos como Akram Kham y Russell Maliphant. 

viernes, 3 de julio de 2015

Danza Isadora Duncan USA

Biografía:

Isadora Duncan (San Francisco, 1878 - Niza, 1927) Bailarina norteamericana. Hija de un matrimonio desunido y finalmente divorciado, su instinto la inclinó hacia el baile desde niña. En su autobiografía, titulada Mi vida, escribió: "Nací a la orilla del mar. Mi primera idea del movimiento y de la danza me ha venido seguramente del ritmo de las olas..." A los diez años abandonó la escuela para dedicarse a su pasión y a los diecisiete se dirigió a Nueva York, donde se incorporó a la compañía de Agustin Daly. Al actor y empresario no acabaron de convencerlo los experimentos e innovaciones que Isadora le proponía continuamente, deseosa de llevar a la práctica un nuevo método de interpretar plásticamente poemas por medio de la improvisación, que había concebido ya por aquel entonces. Sintiéndose infeliz, la Duncan abandonó la compañía dos años más tarde y partió con su familia hacia Inglaterra, donde se proponía estudiar los movimientos de la danza antigua en los jarrones griegos del Museo Británico. Fue una época de formación, de lecturas entusiastas y de ensayo de nuevas danzas; en busca, sobre todo, de nuevos cauces para la expresión coreográfica y de sendas alternativas para profundizar cada día más en su arte. Los éxitos comenzaron a llegar de forma inmediata. Con un estilo basado en la danza de la Antigua Grecia, dio una serie de recitales en Londres que despertaron el entusiasmo hacia su persona. La prensa declaraba: "En esta época actual de elaboración y artificialidad, el arte de la señorita Duncan es como un soplo de aire puro procedente de la parte más alta de una montaña poblada de pinos, refrescante como el ozono, bello y verdadero como el cielo azul, natural y genuino. Es una imagen de belleza, alegría y abandono, tal como debió ser cuando el mundo era joven y hombres y mujeres bailaban al sol movidos por la simple felicidad de existir." Efectivamente, Isadora Duncan afirmaba que el baile debía ser una prolongación de los movimientos naturales del cuerpo, que ella consideraba hermosos y bastante más bellos que los que efectuaban los bailarines clásicos, a los que tildaba de forzados y antinaturales; por ello, se negaba a constreñir los pies en las zapatillas de baile. Sentía una admiración estética por la belleza del cuerpo humano, influida por los cánones de las estatuas y pinturas de la Grecia clásica. Su método coreográfico era una especie de filosofía basada en el convencimiento de que el baile ponía al individuo en comunicación armónica con el ritmo intrínseco de la naturaleza y los cuerpos celestes. A partir de ese momento, Isadora no dejó de viajar, reclamada por los mejores teatros de Europa. En París se imbuyó del espíritu de Rodin y de Bourdelle. Más tarde descubrió Italia y el Renacimiento, y se embelesó con el leve y sutil Botticelli, cuya influencia en su arte es palmaria a partir de aquellos años. Por fin, en 1902, realizó uno de sus sueños: viajar a Grecia y peregrinar a las fuentes del arte de Occidente. Cerca de Atenas, en la colina de Kopanos, comenzó a construir un templo consagrado a la danza, pero los ingresos percibidos por sus giras se revelaron insuficientes para cubrir los gastos y la empresa hubo de abandonarse. Con motivo de su primer viaje a San Petersburgo, en 1905, la ya entonces famosa Isadora fue invitada por la no menos célebre bailarina rusa Anna Pavlova a visitar su estudio. Allí tuvo el privilegio de contemplar a la gran diva realizando sus ejercicios. La propia Isadora lo relata en sus memorias: "Encontré a Pavlova de pie con su vestido de tul practicando en la barra, sometiéndose a la gimnasia más rigurosa, mientras que un viejo caballero con un violín marcaba el tiempo y la exhortaba a realizar mayores esfuerzos; era el legendario maestro Petipa. Me senté y durante tres horas observé tensa y perpleja los sorprendentes ejercicios de Pavlova, que parecía ser de acero elástico. Su hermoso rostro adoptó las líneas severas del mártir. No paró ni un solo instante. Todo su entrenamiento parecía estar destinado a separar por completo la mente de los movimientos gimnásticos del cuerpo. La mente debía alejarse de esa rigurosa disciplina muscular. Esto era justamente todo lo contrario de las teorías sobre las que yo había fundado mi escuela un año antes. Lo que yo pretendía es que mente y espíritu fuesen los motores del cuerpo y lo elevasen sin esfuerzo aparente hacia la luz." No debe sorprender este completo desacuerdo con las más antiguas normas del ballet por parte de quien concebía la danza como un sacerdocio, como una forma sublime de emoción espiritual y como una liturgia en la que alma y cuerpo debían ser arrastrados por la música para transformarse en puro arte. Para Isadora, era el amor a la naturaleza y a la vida lo que había de transmitirse a través del movimiento, siguiendo el ejemplo de las nubes, el mar o las copas de los árboles mecidas por el viento. Enemiga del ballet, al que consideraba un género falso y absurdo, manifestó que la danza debe establecer una armonía calurosa entre los seres y la vida y no ser tan sólo una diversión agradable y frívola. Danzaba descalza, con una simple túnica griega de seda transparente sobre su cuerpo desnudo, como una sacerdotisa pagana transportada por el ritmo. Hoy es considerada la iniciadora de la modern dance norteamericana y su figura es evocada con fervor en todos los escenarios del mundo. Durante esos años, las más importantes ciudades europeas pudieron extasiarse ante la nueva estrella, a la que llamaron "la ninfa". En todos lados tuvo amigos pintores, poetas e intelectuales y estuvo rodeada de admiradores que deseaban conocerla. Apasionada, bellísima y maravillosa, ejercía un poder de seducción irresistible entre cuantos la rodeaban. Se comenzó a asociar muchos nombres masculinos con el de Isadora, y pronto nacería la leyenda de un maleficio que parecía emanar de su persona y abatirse sobre todos los seres a los que entregaba su amor, un maleficio que acabaría de forma terrible con su propia vida. La primera "víctima" fue el polaco Iván Miroski, consumido por unas fiebres malignas poco después de separarse de Isadora. Luego, extraños percances y desapariciones salpicaron sus relaciones con sus amantes, fuesen ocasionales o duraderos. En 1913, la oscura influencia se cebó en sus propios hijos, Deirdre y Patrick, cuando Isadora estaba triunfando en París. Un día, agobiada por los ensayos, confió los niños a la institutriz para que los llevara en automóvil a Versalles. Ella misma relata que quizás tuvo un presagio del drama: "Al dejarlos en el coche, mi Deirdre colocó los labios contra los cristales de la ventanilla; yo me incliné y besé el vidrio en el sitio mismo donde ella tenía puesta la boca. Entonces, el frío del cristal me produjo una rara impresión e hizo que me recorriese un estremecimiento". Minutos después, el auto bordeaba el Sena y, al girar para cruzar uno de sus puentes, los frenos no respondieron a la voluntad del chófer. El coche se precipitó en las oscuras aguas y los dos niños perecieron ahogados. Isadora declaró: "Si esta desgracia hubiera ocurrido antes, yo hubiese podido vencerla; si más tarde, no habría sido tan terrible, pero en aquel momento, en plena madurez de mi vida, me aniquiló". En efecto, la bailarina anuló todos sus compromisos y decidió interrumpir su carrera, dedicándose por entero a la enseñanza y tratando de olvidar su desgracia sumergiéndose en un trabajo agotador. Varias veces pensó en quitarse la vida, pero siempre la disuadió la idea de que otros niños, empezando por los alumnos de la escuela que había creado en 1904, estaban necesitados de ella. Comenzó a participar en campañas benéficas y trató de llevar sus enseñanzas a diferentes países, lo que la condujo hasta Moscú en 1921, después de que el gobierno soviético mostrase su interés por recibirla. Con el inicio de nuevas peregrinaciones volvieron los romances. En la Unión Soviética conoció a Sergei Esenin, poeta y cantor oficial de la Revolución de 1917, y se entusiasmó con el ambiente pletórico de ilusiones que se respiraba en el país y que Sergei encarnaba a la perfección. Esenin se enamoró locamente de Isadora y consiguió que ésta renunciara a su propósito, repetidamente afirmado, de no contraer matrimonio. Pero su unión resultó catastrófica. Después de viajar por Europa y Estados Unidos, Sergei se hundió en una profunda apatía originada por una fase de infecundidad creativa que achacaba al hecho de vivir lejos de su patria. Lo cierto es que cuando el matrimonio regresó a Moscú, el poeta continuó en el mismo estado y se sumergió de forma imparable en la misantropía y el alcoholismo. Medio loco, su comportamiento empezó a ser escandaloso hasta para la propia Isadora. Esenin acostumbraba a desaparecer dejando tras de sí un rastro de botellas vacías y muebles rotos. La paciencia de "la ninfa" llegó al límite. A finales de 1924, Isadora, ya divorciada, abandonó la Unión Soviética. Un año más tarde supo, por la noticia publicada en los periódicos, que su ex marido se había quitado la vida. La aventura rusa de la Duncan no sólo terminó en fracaso desde el punto de vista sentimental. Si bien al principio se había compenetrado a la perfección con sus interlocutores, entusiasmados con la idea de poner en marcha su Escuela de Danza Futura, más tarde esta iniciativa no fue bien acogida por ciertos dirigentes soviéticos que ya empezaban a mostrar los síntomas del anquilosamiento burocrático que luego sería proverbial en el sistema comunista. De regreso a Europa, tampoco los empresarios capitalistas parecieron entusiasmarse con sus proyectos. Además, sus opiniones ateas, su actitud favorable hacia la Revolución Rusa y su evidente aceptación del amor libre no eran cualidades que la opinión pública occidental, a la defensiva después de la eclosión comunista, valorase positivamente. Isadora decidió volver a los escenarios y ofreció una serie de recitales que resultaron un fracaso; el público fidelísimo que hasta la muerte de sus hijos la había llevado en volandas comenzó a fallarle; las salas la recibieron semivacías, silenciosas y heladas. Isadora se refugió en Niza, donde terminó su autobiografía y preparó El arte de la danza, libro en el que pretendía ofrecer una síntesis de sus enseñanzas. Se encontraba absorbida por esta tarea cuando, el miércoles l4 de septiembre de 1927, decidió tomarse un respiro y dar un paseo en su Bugatti. El dramático accidente tuvo lugar cuando el automóvil recorría veloz la Promenade des Anglais: su largo chal rojo, el mismo que había agitado ante la multitud que la esperaba a su regreso de la Unión Soviética, se enredó en los radios de una de las ruedas posteriores del automóvil; Isadora no pudo liberarse del abrazo homicida y murió estrangulada. Ni siquiera ella hubiera podido imaginar un final más acorde con su existencia extravagante y romántica.